Estamos viviendo sin lugar a dudas el cumplimiento de las palabras proféticas de nuestro señor Jesucristo declaradas en Mateo 24 y 25, Quiero citar el versículo 6 del capítulo 24:
Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.Parece ser que la congregación pasó por alto la palabra profética y hoy se estremece, pero no de intrepidez, mucho menos de temor a Dios, se estremece de debilidad, aterrorizada y cerrada a algo que debería saber que tiene que ocurrir, declaró el Señor: Es vital que esto ocurra, sin embargo no es todavía el final...
Creo que es importante considerar:
Primero: Poner a prueba la intrepidez de la congregación incluso con un asalto del mundo y su soberano.
Segundo: Darse cuenta de quién será quién a la hora de ser juzgado.
Tercero: Es fundamental a la luz del hecho de que en una emergencia es el lugar que Dios espera que su congregación comprada con la sangre de su hijo, se muestre como respuesta a una circunstancia como la que estamos viviendo.
En la remota posibilidad de que uno se pregunte: ¿qué número desea estar en el paraíso con su Señor, sin duda nosotros como un todo reaccionamos con un excesivo AMEN... Sin embargo, tememos una infección, que puede ser el método para que Dios te lleve a su calidad, ¿no es eso lo que anhelamos?
Soy extremadamente consciente de las leyes y especialistas que las construyen, ya que me doy cuenta de que Dios las puso ahí, pero mientras nos permitan reunirnos, ¿por qué razón cerramos los santuarios como desertores? ¿Por qué temer y rebajarse ante un asalto inevitable del villano si estoy seguro de que esta infección no proviene de Dios, sin embargo del hombre utilizado por el demonio, me doy cuenta de que Dios lo ha permitido, sin embargo, como me referí, Dios lo permitió por algo.
Así que es su aliado para cumplir, sin importar si es el hombre o Dios.
Disminuir el Sanedrín necesitaba calmarlo junto con diferentes misioneros, sin embargo Pedro fue claro y exacto y declaró: Considera a quién debemos cumplir, sin importar si es Dios o el hombre, definitivamente sabemos las consecuencias de esta valiente conducta de Pedro y los testigos, actualmente considera, que tal si vamos o seguimos dando un sermón a Cristo.
Es la hora del último avivamiento de la congregación, según los eruditos de la sala del segundo piso subieron más de 500 a preguntar, sin embargo sólo 120 continuaron.
Es la hora de los audaces que perduran ante los asaltos del demonio, Es la hora de la iglesia valiente que no se retuerce ante Satanás, Es la hora de la indicación de la descendencia de Dios, a la luz del hecho de que la tierra está gimiendo por ella, Así que no ocultes la iglesia de Cristo, muéstrate ante un mundo cargado de alarma como esa luz que ilumina la oscuridad, similar a esa sal que sazona el llano de este mundo.
La Iglesia Valiente verá la magnificencia de Dios.
Con la adoración de su trabajador.
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