Una de las canciones más controversiales de la música cristiana dice algo como "hoy arrebato lo que a mí me perteneceeee, lo que me has quitado me lo devolverás con creceeees, y es que Dios me hizo su hija (la canta una mujer) y con los hijos de Dios nadie se meteeeee".
Y ahí andamos algunos, arrebatando a diestra y a siniestra, Muchos cristianos no rezamos oraciones ni consultamos el horoscopo, pero sí rezamos canciones, las tenemos como mantras, fórmulas de la suerte y demás.Hace algunos años, antes de que yo naciera; antes de que tú nacieras; antes de que Jesucristo naciera; el pueblo de Israel fue llevado cautivo de la tierra que habitaba, a Babilonia. Los conquistaron.
La raza, obviamente, se puso bien triste porque se los llevaron bien lejos de su casita. Ya no tenían pozol con cacao; ni tortillas; ¡ni tacos! ¡tacos!
Yo no estuve ahí pero muy probablemente se pusieron a arrebatar porque con los hijos de Dios nadie se mete. Ya andaban arrebatando a todo lo que da, cuando les llega una carta de Jeremías, un Profeta medio pesimista pero que igual decía la verdad que Dios le revelaba.
(Aclaración: las cartas eran un medio de comunicación muy parecido a los e-mails, pero en formato físico. Probablemente esa carta fue escrita en papiro, que es el predecesor del papel que hoy conocemos).
Una de las frases que Jeremías escribe es:
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis".
¡Es súper esperanzador! De haber leído eso, yo me hubiera puesto a arrebatar más fuerte (en sentido figurado, evidentemente). El problema se da, cuando leemos la carta completa. En realidad es muy triste. En ella, les dice que sí los va a rescatar del cautiverio, pero setenta años después. ¡No importa los falsos profetas; adivinos y sueños que hacen parecer lo contrario, no serán rescatados antes!
En otras palabras, puedes "arrebatar" todo lo que quieras, pero no se te va a conceder. Y les da consejos: construyan sus casas; tengan hijos; llévense con sus vecinos; oren por su comunidad; cuando sus hijos crezcan, dejen que ellos se casen. Estarán en cautiverio, pero échenle ganas. No, no regresarán antes de que pasen 70 años; algunos morirán en ese tiempo; seguirán siendo esclavos; pero vivan, vivan lo más satisfactorio que puedan.
Me rompe la cabeza esto:
-Tal vez tu crush nunca te hará caso.
-Tal vez te correrán de tu trabajo sin una liquidación junta.
-Puede que alguien de tu familia enferme y no importa qué tanto le ores a Dios, no habrá sanidad.
-Tal vez nunca veas a Cruz Azul campeón.
Y aun con eso, Dios tiene planes de bien para tu vida. No tiene los planes que yo tengo pero tiene planes buenos.
Así que ahí tenemos a un montón de esclavos judíos levantándose cada mañana, con la consigna de recordar: enamórense; llévense con sus vecinos; oren por ellos; sean buenos padres; mantengan la calma en todos estos años. No importa lo que hagan, no dejarán de ser esclavos por un tiempo, pero pueden tener la seguridad de que yo los bendeciré en este tiempo.
En medio de las crisis; de las tristezas y de las pérdidas; podemos recordar que Dios tiene planes de bien, que solamente Él sabe, y aunque parezcan que son negativos, mañana, o en setenta años, podremos entenderlos.
¿Implica mucha fe en Dios? Sí ¿Orilla a mantener la esperanza aun cuando no haya motivos para mantenerla? Tal vez. Pero, al final de cuentas, que yo sepa, Dios no tiene como pasatiempo decir mentiras. Yo le creo.
Escrito por Pako Domínguez González
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